sábado, 27 de diciembre de 2014

MITOS Y LEYENDAS








LA LEYENDA DEL SOL Y LA LUNA





Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.

-¿Quién alumbrará el mundo? - Preguntaron

Un dios arrogante que se llamaba Tecucizteclat, dijo:

- Yo me encargaré de alumbrar al mundo.

Después los dioses preguntaron:

-¿Y quién más?- Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquél oficio.

- Sé tú el otro que alumbre - le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado; y él obedeció de buena voluntad,

Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.

Iban a presenciar el sacrificio de Tecucizteclat y Nanahuatzin, y entonces dijeron:

- !Ea pues Tecucizteclat! !Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dió miedo y no se atrevió.

Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse.

Luego los dioses dijeron:

- !Ea tú Nanahuatzin! !Ahora prueba tu! - y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.

Cuando Tecucizteclat vió que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.

Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:

- Por ahí aparecerá Nanahuatzin hecho Sol - Y fué cierto.

Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.

Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera.

Después apareció Tecucizteclat hecho Luna.

En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna. 

Desde entonces hay día y noche en el mundo.








jueves, 25 de diciembre de 2014

CUENTOS




EL ARBOL DE NAVIDAD

En el pueblo de Santos Cielos, y desde hace mucho tiempo, en el mes de diciembre se armaba un gran árbol de Navidad en la plaza principal. Todos colaboraban en su decoración.

Cada persona del pueblo, rico, pobre, gordo, flaco, viejo o joven, colocaba su adornito, ofrenda o cartita, para que el árbol luciera más lindo que el anterior.

Era una especie de fiesta para todos, en la que la mayoría trataba de darle al arbolito lo mejor que tenía. Por supuesto nunca falta alguna persona que no estaba de acuerdo con algo: podía ser el color de la cinta, el tipo de moño, el tamaño de la cartita.

Lógicamente, cada uno de los habitantes del pueblo armaba el arbolito en forma muy parecida a cómo vivía su vida.

Los más sencillos, colocaban adornos simples, pero no por eso menos bellos. A los que les gustaba presumir, colocaban los adornos más grandes y que más llamaran la atención de todos. Las personas más serias ponían moños de color bordó lisos o tal vez verde oscuro. Los más alegres moños y cintitas de todos los colores.

El alcalde del pueblo era un señor muy bueno, al que todos llamaban Bonachón. Ese era su verdadero apellido, pero como realmente era muy bueno el nombre le venía como anillo al dedo.

Bonachón supervisaba el armado del árbol que duraba varios días. La costumbre era empezarlo el día 8 y terminarlo el día 24 de diciembre.

El alcalde se encargaba de revisar uno por uno los adornos que la gente llevaba para que todo estuviera en orden. Así era que evitaba más de un problema.

-- ¿Qué se supone que traes ahí Clarita? Preguntó asombrado don Bonachón al ver a la niña con un helado de frutilla y pistacho, yendo directo al arbolito.
-- Es para nuestro árbol pues le combinan los colores, los sabores no me gustan, pero lo pedí así para que quede más lindo, nada más ¿buena idea verdad?
El alcalde no sabía cómo decirle a la niñita que un helado no era el mejor de los adornos, no quería desilusionarla, pero por otro lado, no podía dejar que el helado se derritiera sobre una rama.
-- ¿A que adivino preciosa? Este rico helado lo has traído para mi ¿verdad? Hace mucho calor aquí, debo pasar horas cuidando nuestro árbol. Ya sabía yo que alguien pensaría en este pobre alcalde y me traería algo fresco y además con los colores de Navidad. !Gracias, muchas gracias!

Clarita se fué sin querer discutir con don Bonachón y lo saludó con una sonrisa, mientras pensaba qué otra cosa conseguir para el arbolito.

Luego llegó Pedrito, un niño muy humilde. Se paró frente al árbol, elevó su mano hacia una de las ramas e hizo como si dejara algo en una de ellas. La verdad es que no había puesto nada, pero se fué muy contento. Bonachón presenció la escena muy intrigado, pero no dijo nada.

Al rato llegó una señora muy adinerada en su lujoso auto. De allí bajaron una gran lámpara con cientos de luces pequeñas y cristales que colgaban.

-- Vengo a darle un toque de lujo a este árbol. Con estas luces en la punta lucirá como el mejor de todos y ésto gracias a mi generosidad. Dijo la señora adinerada.

Mucho le costó al alcalde hacerle entender a la señora que no podían colgar semejante lámpara del árbol, sin que éste se cayera.

Luego de una discusión nada sencilla, la señora se retiró muy ofendida con su lámpara y pensando en que la Navidad no tendría ningún toque de distinción.

La gente seguía trayendo adornos, moños y cosas para el árbol que poco a poco se iba rellenando.

La Navidad se acercaba y Pedrito iba todos los días y también todos los días hacía lo mismo. Paradito frente al arbol abría su manita pequeña, hacía como que dejaba algo en una ramita y con una inmensa sonrisa se iba.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

POEMAS







POEMA DE NAVIDAD






NOCHE DE HOSANNA:


Un hombre y una mujer llegan a Belén de Judá...
Sus rostros lucen cansados, en sus ojos se puede ver
el esfuerzo realizado por llegar.

Son ellos María y José...
Han venido desde Nazareth cumpliendo en humildad
con un edicto que ha sido promulgado,
y firmado por Augusto César, el emperador romano.
Él ha decidido los tributos aumentar,
y los judíos viajan cansados-hasta su ciudad natal-
para ser empadronados.

María, que está embarazada, de momento es percatada
que el Hijo de sus entrañas está pidiendo nacer,
!Y aún no tiene posada!
!No hay lugar en el mesón!
Mas ella no siente temor -ella está confiada
en su Señor y su Dios-.
En ese Dios Omnipotente que le hizo sombra a su
vientre y en ella un Hijo engendró,
mediante su Espíritu Santo y no por obra de varón;
ese Dios Todopoderoso en esta noche suprema
también hará provisión.

Y prosiguen su camino en espera de ése albergue
que los ha de cobijar.
Sus pasos van silenciosos... sus mentes en oración,
suplicándole a su Dios que Él haga fuerte lo endeble.
Y caminando sin rumbo... y cansados de caminar,
pero con fe y esperanza ardiendo en su corazón,
de pronto se han detenido ante un humilde pesebre...
!Dios ha hecho provisión!

Y en aquel humilde pesebre, comedero de ganado,
oliente a naturaleza y pobremente alumbrado;
en aquella noche fría...
entre ruido de animales y unos dolores de parto
que le causan agonía...
a las doce de la noche nace el Hijo de María.

Nace el Hijo de María que nueve meses atrás
fué anunciado por Gabriel...
!Es su Hijo primogénito!
!Es Hijo de Dios Altísimo!
!El esperado Mesías y Salvador de Israel!
Y María sonriente, olvidado ya el dolor,
lo toma entre sus brazos y lo arrulla tiernamente
con ternura y con amor...
Los ángeles del cielo han inundado el pesebre
de alabanzas y loor...
!Es una noche de Hosanna, noche de Salvación!

Lo que el ángel Gabriel a María no le dijo,
es que perversos jinetes han salido tras su Hijo.
Cabalgan en pos de Él y no hay nada en este mundo
que los pueda detener.
Cabalga un Getsemani, cabalga un Calvario,
cabalga una espada, un Judas y una Cruz;
y en su cabalgar constante,
en un futuro no distante alcanzarán a Jesús,

Pero esta noche de Hosanna, en esta noche de Paz,
el corazón de María no lo pueden perturbar
ni plañideras, ni endechas, ni jinetes que cabalgan,
ni espada o lamentación...
!No! !Todo éso puede esperar!
En el humilde pesebre el tiempo se ha detenido
en un éxtasis profundo...
María contempla a su Niño embelesada de amor.
Ella lo envuelve en pañales, lo arrulla contra su pecho,
y sus brazos maternales lo protegen de la Cruz...
!Es su Hijo Primogénito!
!Es Hijo de Dios Altísimo!
!Es el Salvador del mundo!
Y su nombre, su nombre es Jesús...











MITOS Y LEYENDAS








OLENTZERO



Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desharrapado, de buen comer y borrachín. "Cabezón sin inteligencia"(buruandia, entedimendu gabea), o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad, dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque, gustándole comer y beber bien, y cada invierno baja de las montañas al pueblo.

La hipótesis más extendida es que el origen del Olentzero es anterior a la cristianización y que el personaje del Olentzero debe de ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno.

El cristianismo adaptó las costumbres locales a sus nuevas creencias. El personaje del Olentzero se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús. Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño, acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el  nórdico Papá Noel es evidente.

En todo el Pais Vasco el día de Nochebuena, 24 de Diciembre, se le suele cantar estas coplas:

Olentzerojoan zaigu
mendia lanera
intentzioarekin
ikatz egitera

Aditu duenian
Jesus jaio dela
lasterka etorri da
berri ematera

horra, horra
gure olentzero
pipa hortzetan duela
eserita dago.

kopaiak ere baitu
arraultzatxuekin
bihar meriendatzeko
botila ardoakin

Olentzero buru haundia
entendimendu gabia
bart arratsean
edan omen du
bost arroako zagia
Ai urde tripaundia !


lunes, 22 de diciembre de 2014

POEMAS




LETRILLAS DE LA VIRGEN MARIA ESPERANDO LA NAVIDAD.

Poema de Gerardo Diego




 - Cuando venga, ay, yo no sé
   con que le envolveré yo,
   con qué.

.  Ay, dímelo tú, la luna,
   cuando en tus brazos de hechizo
   tomas al roble macizo
   y le acunas en tu cuna.
   Dímelo, que no lo sé,
   con qué le tocaré yo,
   con qué,

-  Ay, dímelo tú, la brisa
   que con tus besos tan leves
   la hoja más alta remueves,
   peinas la pluma más lisa.
   Dímelo y no lo diré
   con qué le besaré yo,
   con qué.

-  Y ahora que me acordaba,
   Angel del Señor. de tí,
   dímelo, pues recibí
   tu mensaje: "He aquí la esclava".
   Sí, dímelo, por tu fé,
   con que le abrazaré yo,
   con qué.

-  O dímelo tú, si no,
   si es que lo sabes, José,
   y yo te obedeceré,
   que soy una niña, yo,
   con qué manos le tendré
   que no se rompa, no,
   con qué.



 
 

domingo, 21 de diciembre de 2014

M.A.Makazaga: DESDE MI CALLE

M.A.Makazaga: DESDE MI CALLE: OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE   Hace unos días hablando con un conocido salió el tema del conflicto entre los israelíes y los pale...

sábado, 20 de diciembre de 2014

EN MI RINCON




MITOS Y LEYENDAS

- Las Tres Monedas -





Cuando Rocco, un poco romántico y otro poco filósofo, fué a la feria del pueblo, encontró en la calle un cofrecito que contenía tres monedas que tenían esta leyenda: "Valederas para la felicidad".

Como se contentaba con poco, el hombre no las guardó para él, sino que, pasando entre los puestos, se detuvo al lado del que vendía pájaros artificiales y empezó a ofrecer su mercadería.

--¿Quién quiere la moneda de la felicidad?-- exclamó dirigiéndose a la multitud.

Al oirlo, se pararon una muchacha, un mendigo y un joven campesino.

La muchacha dijo: --Quisiera tener muchas joyas y lindísimos vestidos. Para mí éso es la felicidad. Dame tu moneda.

Déjame tu pañuelo a cambio de la moneda -- respondió el hombre -- y vuelve dentro de un año.

-- Felicidad es comer tortilla rellena y faisanes gordos todos los días y regados con un buen vino -- dijo el mendigo --; toma este centavo que me dieron por caridad y tú dame esa moneda. Y el cambio se hizo.

-- Yo -- habló el joven -- trabajo la tierra como todos los demás, pero si tuviera mucho dinero no trabajaría más. ¿Quieres mi azada a cambio de tu moneda? -- Y Rocco le entregó la última moneda.

En eso llegó una mujer que llevaba a un niño de la mano, y toda ansiosa, le dijo:

-- Encontré este niño por ahí. Está sólo. Dame una moneda para él.

--Lo siento --dijo el hombre--, pero no tengo más

-- Paciencia. -- suspiró la mujer-- me lo llevaré a casa. Tengo tres hijos y de tres platos de polenta haré cuatro.

Pasado el año, Rocco volvió a la feria y encontró, allí reunidos, a los tres beneficiados que lo esperaban con el ceño fruncido y. que apena lo vieron, cada cual reclamó lo suyo.

La MUCHACHA:

-- He tenido vestidos y joyas. Pero otros superaron los míos en belleza y en mi nació la envidia y fui desdichada- !Toma tu moneda !

El MENDIGO:

-- Comí y bebí de lo mejor, pero enfermé y tuve que ser internado en un hospital. ! No quiero tu moneda !.

El CAMPESINO:

-- He sido rico, muy rico; pero el temor a los ladrones me quita el sueño y no tengo paz. ! Toma tu moneda !.

En eso estaban cuando, de pronto, se oyeron trinar los pájaros artificiales.

Eran cuatro niños que, con sus silbos alegraban el lugar acompañados por una mujer con la cara rebosante de felicidad.

-- Soy feliz - repetía - soy feliz.

-- Pero tú no recibiste ninguna moneda -- le dijo Rocco.

-- Sin embargo tengo cuatro felicidades. Escúchales, parecen pajaritos-

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Los "pajarillos" siguieron silbando y la mujer cantaba. Todos a su alredeedor eran felices.

Rocco comprendió y tiró el cofre con las monedas.