sábado, 21 de noviembre de 2015

DESDE MI CALLE



BIENESTAR Y PAZ INTERIOR


En una ciudad hay calles, plazas, paseos, edificios. Es un espacio plural. Toda congregación humana también es plural. Está formada por personas distintas y con diversos intereses. Solo consiguen componerse si dejan a un lado sus diferencias. Contemplar un grupo humano dividido es, a veces, más triste que avistar las ruinas de una ciudad.

El bienestar de un grupo exige además la paz. Una persona enojada no puede conciliar el sueño, pierde el apetito, se aísla. El malhumor nos hace incluso mirar mal a quienes nos hacen el bien. Es imprescindible recuperar y mantener la paz para seguir juntos. Ello explica la existencia de medios para alcanzarla (la negociación, el olvido, el tabú, la expulsión, la ley...). Muchos de estos medios no pasan de ser anestesia para evitar dolor, pero es dudoso que sirvan para sanar a fondo las heridas.

Se llega a confundir las propias ilusiones con la realidad. Por ciertos mecanismos proyectivos hay personas que lo padecen. Y el no distinguir trae confusión y división. Si varios no se entienden, terminan enfrentándose. ¿Cómo evitar la confusión? ¿Cómo acceder a la verdadera realidad? ¿Cómo escapar de esa confusa ofuscación?  Su visión está escondida para muchos, no porque se quiera ocultarla sino porque se niega a admitirla.

Hablemos de las personas que sufren algún tipo de disminución y no pueden valerse por sí mismas acaban siendo, en algunos casos, rechazados por la sociedad. En cierto sentido todos tenemos algo de discapacitados. Siempre hay algo que no puede hacer incluso quien se siente capacitado para hacer muchas cosas. Somos como ciegos. La ceguera provoca que la realidad se vuelva oscura y, lo peor, amenazante. Lo que rodea a un invidente constituye un peligro real: puede perderse, tropezar, lastimarse, caer. La ceguera tiene un claro sentido simbólico de limitación y riesgo. Alude a tantas personas que se sienten perdidas, sin sentido y sin dirección hacia donde encaminar sus vidas.

 Una actitud positiva nos permitiría recoger a lo largo de cada jornada mucha sabiduría para vivir. Es la atención activa la que actúa como un radar de lo valioso que nos sale al paso en los caminos de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario