domingo, 25 de enero de 2015

DESDE MI CALLE




SALIR DE LAS NOTICIAS TELEVISIVAS


Cuando observamos que unos "famososillos" se embolsan más de 50.000 euros semanales por participar en un programa de televisión (casos de Belén Esteban Kiko Rivera) y, al mismo tiempo, el salario de uno de cada tres trabajadores no sobrepasa los 1.000 euros mensuales, es que las cosas no funcionan correctamente. Hemos llegado al absurdo de premiar el cotilleo, los cuernos, la vagancia o las noticias del corazón en mucha mayor medida que el trabajo bien hecho, la honradez o la dedicación a los demás. Y lo peor no es que florezcan estas situaciones de vez en cuando, sino que estamos abonando el terreno para que las nuevas generaciones prefieran ganar dinero fácilmente difundiendo sus "genialidades" por los programas de televisión antes que invertir el tiempo y las energías en ser buenos ciudadanos. 

Muchas similitudes hay entre estos comportamientos que premian la galbana y el castigo que merecen los casos de corrupción en nuestro sistema judicial. No seré quien descubra a estas alturas que aquí el que tiene padrino, redes sociales y recursos económicos lo tiene muy fácil para escaquearse de la cárcel. Ahí está el ejemplo del señor Bárcenas, todo pletórico, como una estrella de cine, bien comido y bien bebido, saliendo del trullo: 200.000 euros de fianza han sido suficientes para ganarse, al menos momentáneamente, la libertad. Total, ¿qué son 200.000 euros si cualquier ciudadano puede disponer de esa cantidad para, llegado el caso, comprar la libertad? En fin. Aquí no se castiga la corrupción como en otras latitudes porque, sencillamente, la picaresca forma parte de nuestro sistema cultural. Y la picaresca es la antítesis del esfuerzo, el dinamismo y la laboriosidad, valores difícilmente reconocibles en esos programas de televisión que sirven de referencia para muchos ciudadanos. 

Menos mal que entre tanta morralla informativa de vez en cuando asoman por las ventanas de los medios de comunicación noticias que muestran lo mejor del género humano. Me quedo con una que conocíamos recientemente: Carmen Martínez, la anciana desahuciada de su casa de Vallecas (Madrid) el pasado mes de noviembre, ha cedido parte del dinero de los 21.000 euros recaudados por el Rayo Vallecano para ayudar a un exportero del club, Wilfred Agbonavbare, enfermo de cáncer, para que los hijos del exjugador, de origen nigeriano, puedan viajar a España para acompañarlo en la enfermedad. Toda una lección de generosidad y, sobre todo, de humanidad, esa cualidad que nos hace diferentes del resto de animales y que, a veces, tanto nos cuesta aprender, transmitir y practicar en nuestra vida cotidiana. Noticias como la de Carmen nos reconfortan con nosotros mismos y nos dan esperanza. Prueba de que, al fin y al cabo, no todo está perdido, aunque a veces las escenas del día a día inviten más bien a salir corriendo

3 comentarios:

  1. Amigo Mguel Ángel, como tú mismo lo has dicho, estamos llegando a unos límites insoportables, aquí en este país se premia la ineficacia, se practica día a día la "telebasura", los programas diarios del corazón como: "Sálvame", "Gran Hermano" y otros programas similares, se llevan la palma.
    La cuestión de fondo es que, en general al españolito de a pie, le asignan su tiempo de ocio en que se tiene que entretener. Todo muy bien estudiado para tenernos entretenidos y sin tiempo para pensar, que par eso ya están ellos.

    Un fuerte abrazo.

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  3. "Ellos", siempre "Ellos", son los que dirigen todo.
    Totalmente de acuerdo con Vicente. No tengo más que añadir, amigo Miguel Ángel.
    Un abrazo

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