DESDE MI CALLE

BARBAROS


No fueron los bárbaros los que tumbaron el imperio romano. Que va. Al gran imperio de hace más de dos mil años lo tumbó la corrupción. Ya en tiempos del gran Julio César la corrupción era terrible en Roma y acceder a los cargos más apetitosos suponía "untar", sobornar a las élites de la ciudad. Eso no dejó de ir a más y a peor. Hasta que el invencible imperio quedó como la madera sometida durante siglos a la labor lenta pero implacable de la carcoma: quebradizo, sin fuerza, con los peores en lo más alto, con los más inmorales al timón. Los bárbaros acabaron borrando del mapa al imperio romano solo cuando éste se desplomó, corrupto y sin el más mínimo rastro del nervio moral que sostiene cualquier proyecto colectivo. 

El fenómeno se ha repetido infinitas veces a lo largo de la historia. Civilizaciones, reinos e imperios que parecía eternos han sucumbido cuando sus élites, creyéndose invulnerables, se han corrompido hasta sobrepasar los límites de aguante de sus sociedades. A una escala histórica muchísimo menor, es el mismo fenómeno que está ocurriendo hoy ante nuestros ojos y en nuestro país. Todo un régimen, una casta, un grupo de poder que se creyó invulnerable y se corrompió hasta límites inaceptables, se está derrumbando. Ahí tenemos, uno más entre mil, al otrora intocable y todopoderosos Rodrigo Rato. Mano derecha en los Gobiernos de Aznar, vicepresidente económico y uno de los de la "terna" -como en tiempos de Franco, sí- para heredar el liderazgo del PP. El dedo autoritario de su jefe prefirió aRajoy, más torpe pero de mayor docilidad. Aunque Rato no salió mal librado; accedió a la Dirección del Fondo Monetario Internacional, cargo en el que se le brindaban honores de jefe de Estado cuando viajaba a cualquier país. Nunca se supo por qué abandonó tan exquisito cargo, sin llegar ni a medio mandato.

 Rato es uno de los símbolos máximos de la era Aznar o del imperio PP. Se nos presentó en su día como el gran gurú económico (pese a ser abogado: el título de economista lo obtuvo más tarde) y como el artífice de los años más prósperos del país. Y acaban de detenerlo por presuntos delitos de blanqueo de capitales, alzamiento de bienes y no sé qué más. Lo peor de todo: solo es otro eslabón en una cadena que parece infinita. ¿Queda alguien ahí arriba, en el PP, que pueda mostrarnos sus manos limpias y su cartera transparente? Subrayo "ahí arriba". Ya sé que aquí abajo, la película es otra. Y supongo que aún quedará gente honesta y de buena fe dentro del PP por alguno de estos pueblos nuestros de Dios; aunque hora va siendo de que espabile? 

Porque esto no da más de sí. La corrupción traspasa cualquier límite mínimamente soportable. Y los bárbaros tendrán que llegar ante el derrumbe del régimen actual. Los bárbaros, como supondrán, es el nombre que todos los poderosos ponen a quienes amenazan su poder. La de los "bárbaros"  es la gente y sus votos. Del número de estos dependerá el tamaño de la escoba con la que vamos a barrer de la Historia a quienes están arruinando el país.. Se acabó. Esto no da más de sí. También este imperio ha de caer. Y cuanto antes, mejor. 

DESDE MI CALLE, que sigue siendo, a pesar de algunos, la calle de todos.