DESDE MI CALLE

inaugurar

 En los tiempos del antiguo régimen eran muy comentadas, ridiculizadas, y motivo de chistes las inauguraciones de pantanos que presidía el entonces Jefe del Estado. Luego, cuando la transición, cambiaron los que presidían tales actos, pero la ceremonia, con sus autoridades, cintas, tijeras y demás parafernalia, son las mismas. En época de elecciones las inauguraciones se convierten en una inaguantable plaga con la que los políticos en el poder tratan de conseguir votos.  

Tal ha sido el abuso que ha habido que prohibir por ley las inauguraciones previas a las citas ante las urnas, lo que en el caso concreto de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo significa que ya no pueden hacerse más inauguraciones como capital partidista en busca de votos. Si se trata de una obra pública puede ponerse en funcionamiento, desde luego, pero sin ceremonia ni publicidad. Lo que ha originado que los últimos días de marzo deban haber sido agotadores para el presidente Rajoy al que el Gobierno y el PP han llevado de un lado a otro, cientos de kilómetros de la geografía hispana, para inaugurar museos, centros de salud, colegios, autovías, tramos del AVE y lo que le pusiesen por delante, que todo vale. Hasta tres inauguraciones tuvo que presidir en la mañana del pasado lunes. 

Y mientras iba de un lado a otro debió enterarse del recurso presentado por Luis Bárcenas contra el auto del juez Ruz por la supuesta contabilidad B del partido. Algo que el extesorero confirma en su escrito, dando datos, pues manifiesta que las presuntas cuentas en negro existieron desde 1990 a 2008 y que fueron en todos los casos ¿gastos electorales, sobresueldos a dirigentes, obras en las sedes del partido?, responsabilidad de los secretarios generales del PP, que fueron unos cuantos:Cascos, Arenas, el propio Rajoy, Acebes y Cospedal, en orden sucesivo. Pero, el supuesto delito, si es que lo hay, hubiera prescrito ya, salvo en los años finales. O sea, que Rajoy a lo suyo: a vender por ahí la recuperación económica, el descenso del paro y la salida de la crisis. 

Ya lo ha dicho el ministro Guindos: es la primavera española. Puede ser porque en los últimos siete años la recaudación del IBI ha subido un 60 por ciento, o por los recortes en sanidad y educación, o por el IVA por las nubes, a nivel de los países ricos de Europa, o por la congelación salarial o porque ya solo haya 4,5 millones de personas en busca de trabajo. Sin olvidar que, según el IPC, los precios llevan nueve meses bajando. Que se lo pregunten a quienes hacen compras cada día o cada semana, que tienen la sensación de que cada vez pagan más cuando pasan por caja.  

Mientras, en Andalucía, Podemos parece que apoyará la investidura de Susana Díaz, lo que supone una entente con el PSOE y un dato a tener en cuenta para el futuro inmediato. A la par, una encuesta de un diario cerradamente derechista informa que más de 1,5 millones de votantes del PP se pasarán al centro, a Ciudadanos, en el que algunos ya ven una edición rediviva de la UCD de Suárez.

DESDE MI CALLE, que - aún a pesar de todo - sigue siendo la calle de todos.